sábado, 7 de octubre de 2017

Comics que ayudan a mejorar la relación médico-paciente

Una investigación reciente determinó que las habilidades de comunicación del doctor no sólo aumentan la satisfacción del enfermo, sino también puede ayudar a mejorar su salud física, aliviando síntomas de dolor y mejorando los niveles de presión arterial y de glucosa en la sangre.
Fuente:  Paula McGrath y Katy Watson (2014)

miércoles, 4 de octubre de 2017

El Doctor Benaím Pinto

El doctor Henrique Benaim Pinto tenía el aspecto de un monje antiguo y su voz es baja y clara, como de un rezo. Es un prisionero voluntario de su disciplina y un cultivador impenitente de la perseverancia. Era un sabio a cabalidad, que amaba la ciencia y profesaba el humanismo sin hacer mayor alarde de ello. Su discusión diagnóstica tenía la elegancia de un experimento científico bien concebido o de una demostración matemática bien razonada. Pero "más importante aún" combinaba una gran compasión por el sufrimiento humano con conocimiento de los íntimos mecanismos de la psicología. Para él, todo hombre o mujer que consultaba era, por esa misma razón, un enfermo, aún si sus síntomas tuvieran como es el caso de un gran porcentaje de los casos una naturaleza psicológica. Desarrolló persistentemente y hasta grados increíbles de fineza el arte de interrogar al paciente y de derivar del interrogatorio una gran parte de su información con fines de diagnóstico y de tratamiento.


No es de extrañar que el trabajo con el que ingresó como individuo de número a la Academia Nacional de Medicina su última obra haya sido significado de la queja en la relación del médico con el paciente y del paciente con el médico, que publicó la Universidad Central de Venezuela poco después de su muerte en homenaje a un hombre que dedicó 27 años a la formación de profesionales en los hospitales Vargas y Universitario. Una anécdota de la Dra. Tania Benaím comenta que cuando ella tenía diez años, siempre acompañaba a su papá al hospital a pasar revista. Una vez, él estaba hablando  con  sus  residentes  sobre  un  paciente muy rico que se había ido de Venezuela a montar un negocio en España y se había devuelto completamente  quebrado  y  había  tenido  que vender todas sus propiedades. Cuenta que ella estaba sentada cerca y que escuchó mientras uno de los residentes le preguntaba a Benaim por qué tenían a ese paciente ahí si lo que él tenía era una depresión, que lo que debían hacer era mandarlo a psiquiatría. “Déjamelo aquí porque este señor está tan deprimido que va a tener un problema físico”, le contestó el Dr. Benaim y lo tuvo allí casi un mes porque el hombre no comía y se quejaba muchísimo. Hasta que un día le tocó el abdomen y dijo que ahí estaba lo  que  él  había  estado  esperando.  “Aquí  está la consecuencia de su depresión: un tumor de páncreas”.

“Él  veía  a  ese  hombre  tan  complicado  desde el  punto  de  vista  de  estructura  social,  familiar y personal que estaba seguro de que no iba a resistir  y  que  iba  a  terminar  enfermándose  de algo”, dice la Dra. Benaim. “Y esa fue siempre su visión de la medicina interna, esa que él también llamaba medicina antropológica y medicina psicosomática. Nos decía a mí y a mi hermano Alfredo que le impresionaba cómo podía llegar a influir una enfermedad en la vida de una persona por lo difícil que es desplazarse por el mundo con una limitación. Y reflexionaba muchísimo  sobre  eso  y  también  sobre  cómo  los problemas  sociales  o  personales  de  alguien pueden derivar en enfermedad”. Por eso insistía en la importancia de la relación del  médico  con  su  paciente.

DESPEDIDA A LOS ESTUDIANTES DE LA SEC. 04

  Buenas noches estimados estudiantes, espero haber satisfecho sus motivaciones y expectativas con la cátedra de Sociología de la Salud. A...